(Sustentado en la problemática: ¿Qué características debe tener un profesor de Historia y Geografía para ser un buen profesor?)
Reconocido dentro de sus pares, el “profe” de Historia viene a ser, quizás, el más recordado por sus antiguos pupilos. Una suerte de panacea dentro del aula, al constituirse en sitio obligado de respuestas, pertenecientes o no a su especialidad. No sólo eso, pues largas conversaciones y experiencias lo confirmarán como el más abierto y liberal de toda la sala de profesores.
A la hora de inmiscuirnos en la interrogante de hoy debemos empeñarnos en ser holísticos y captar que un buen docente de nuestra rama se ejecuta sobre la base de tres aspectos: PERICIA ACADÉMICA, PEDAGOGÍA INNNOVADORA, y CAPTACIÓN DE LA CONTINGENCIA. Bien es sabido que un instructor no es sólo aquel que se dedica netamente a sus quehaceres, sino también involucra el desarrollo de acciones que le son propias a otros profesionales: actuar bajo perfil de un Trabajador Social, Psicólogo, Abogado, etc. ¿No es posible acaso rescatar de esto, por ejemplo, la escasa capacidad horaria al momento de planificar? Por lo tanto, tenemos ya una plataforma sobre la cual todo el magisterio actuará y, a partir de ello, cada una de las especialidades ha de perfilar oportunamente sus peculiaridades. En ese sentido, un eficaz preceptor sería aquel que acoja y acompañe no sólo a sus estudiantes, sino, a la vez, a sus propios padres y apoderados, una suerte de entidad social de primera necesidad. Rasgo humano que aún se preserva con absoluta claridad, más que todo, en los sectores rurales de nuestra Educación. Porque, ¿sería posible en nuestro Chile entender al maestro de nuestros hijos como un mero transmisor de contenidos? Entonces, con este plano configurado comenzaríamos a erguir una de las tres esencias que denotan bonanza en el profesorado de HYG. Nos referimos a la captación de la contingencia, aquel punto que involucra no sólo el entender la realidad económica o política internacional y nacional, más bien el nexo de ello con el propio contexto local, el espacio que atañe a su persona y a los futuros compatriotas activos. Más allá de participar o no de las movilizaciones, los adolescentes buscarán en él una óptica asertiva de la LGE y todo lo que ella conlleve, por sólo citar algo. Además, aquella característica lo revestirá de un respeto unánime por parte de los jóvenes, pues sus interrogantes serán saldadas gracias a ello mismo. Ahora bien, el histórico título de “sabio” deberá ser resguardado bajo un conocimiento acabado y amplio de la materia que se inserta en sus Planes y Programas, un rasgo distintivo proveniente de esa “Educación Bancaría” y arcaica, tan bien analizada por Paulo Freire.
Esos cimientos sólo levantarán la vivienda. Claro, dado que sin una fachada armónica y un interior hospitalario, la habitación sólo será puerto de adjetivos cercanos a lo huraño y despectivo. Un educador provechoso deberá asumir un rol esencial: aprehender los intereses y códigos de sus aprendiendo en función de buscar la alternativa más fructífera para entregar sus contenidos. Nos referimos desde el modo en que lo plantee hasta los recursos que puede utilizar, ya sea de carácter electrónico o manual.
Toda este esfuerzo, vocación y entrega con un solo objetivo: lograr el ansiado aprendizaje significativo. Aquella meta corona a un buen profesor.